Liándola

Esta tarde la he liado un poco.

Yo estaba en el trabajo, como siempre. Uno de un despacho tenía una caja muy mona de madera que iba a tirar. Yo la quería para mi casa y la fui a recoger, pero tenía paja dentro (es una caja de vino) y había briznas alrededor. Me dije que eso era una guarrada y me dirigí a la concinita que tengo detrás a por el aspirador industrial que usa la señora que viene todas las mañanas.

Me lo iba a llevar al despacho de este hombre (no sé ni por qué, nunca aspiro nada, me dio la neura maruja) pero vi una cosa enchufada y di por hecho que era el aspirador. No sé por qué, ya que nunca está enchufado, pero en mi mente sólo había una orden “desenchufar”.

Y desenchufé.

Glups. Oí ese sonido de algo que se apaga, vamos, como en las pelis, cuando se va la luz y se oye ese sonido descendente, ay.

Resulta que había desenchufado el RAC de servidores. Ejem.  O sea, dejé a toda la planta sin internet, correo, intranet, conexión a los documentos en red y teléfono. Lo enchufé en cuanto me di cuenta.

Me hice la idiota, puesto que nadie me había visto, pero enseguida alcancé a escuchar a alguien blasfemando :”Te puedes creer que en mitad de la conversación con esta cliente se ha ido el teléfono???? Vaya mierda, pero esto qué es????”

Miro mi teléfono y la pantalla está muertecita. Glups. Me pregunté si el hecho de sólo enchufarlo habría sido suficiente. Escucho a una “se ha caído la intranet”. Yo rezando para que nadie estuviese intentando guardar un documento en red en ese momento. Porque tenía clarísimo que YO NO IBA A DECIR NI PIO. Vosotros sabéis lo que son 20 personas contra una? Empiezo a escuchar juramentos contra los pobres informáticos, pero, por suerte, la pantalla del teléfono empezó a revivir y, al poquito, volvieron todas las conexiones.

Y yo, callada como una puta, “Hay que ver estos informáticos, eh?”

11 comentarios en “Liándola

  1. Tú eres un poco suicida. Primero: te pudo haber dado una estrujada al desenchufar o al volver a enchufar. Segundo: se pilla antes a un mentiroso que a un cojo. Y tercero: estás segura segurísima de que NADIE de tu curro lee tu blog?
    Acojona pensarlo, eeeeehhhhhhh?
    😀

  2. Pos, pos, pos, lo de desenchufar y enchufar, no creo que me estrujase, no había charcos ni nada en el suelo.
    Yo pensaba que alguien me iba a mirar acusadoramente cuando salí con la mole-aspiradora, pero no.
    En mi trabajo…. lo he pensado mil veces, calla!!!

  3. Me ha venido a la mente la tipica frase de madre
    «no toques eso».

    Quizas si confesaras, verian en ti capacidad emprendedora en… {inserte lo que quiera} y te aumentarian el sueldo.

    Piensalo, hay un 0.0000087% de posibilidades de que funcione!

  4. Algo parecido me pasó a mi en aquel trabajo del que me tuve que ir. Un día de lluvia vino mi supervisor con su paraguas, lo puso en la esquina del despacho para que no estorbase y al ponerlo ahí, desenchufó la centralita. No iban las tarjetas de crédito, ni los teléfonos, ni ná de ná… desmontamos todo el despacho buscando el problema, llamamos al servicio técnico, a la central, a dios y a su madre también… y mirando por mirar, vi el enchufe sacado, justo 5 minutos antes de desalojar la tienda y chapar, porque así no se podía echar el resto de la jornada.
    Me suplicó que jamás le contara a nadie cómo había pasado la avería. Hoy lo he contado aquí, ya no tiene sentido seguir guardando este secreto de la incompetencia de los jefes.
    Aunque las secres, también estáis sembradas, eh?

  5. Uf! qué mal ratillo debiste pasar. Es la típica solución en la que se descubre al culpable por el olor; es inevitable ese sudor frío por la espalda.

    Espero que nunca, jamás, ninguna de esas 20 personas se enteren de que fuiste tú 🙂

Replica a Alberto Cancelar la respuesta